Cuando en el seno de cualquier familia nace un nuevo componente la alegría es desbordante. Las dificultades propias del proceso pronto se olvidan para atender de inmediato a este nuevo proyecto de vida que Dios coloca en nuestras manos; sin darnos cuenta hemos dado paso a un nuevo ser. De igual manera a muchas personas les encantaría recibir todos los beneficios que comporta ser un hijo de Dios; porque, la verdad, son muchos, pero se olvidan del proceso hasta llegar a serlo. En "Pan del cielo" ¿cómo, entonces, podemos llegar a ser un hijo de Dios y, por tanto, llegar a ser una nueva criatura?