Hace cerca de 8 años que Santiago Segura no crea una película de su personaje más célebre, Torrente, el brazo tonto de la ley y parece que ya va siendo hora porque lo pide el público y porque el propio cineasta lo echa de menos, tal como comenta en el sofá de Bertín. Confiesa que, en realidad, dejó de rodarlas para hacer películas menos subidas de tono y que las pudieran ver sus hijas. Segura muestra que le ilusiona la idea, pero que tendría que solucionar de otra forma el reto físico de la obesidad. En la primera de la serie de 5 películas, el actor engordó hasta los 116 kilos para encarnar al más desagradable de los protagonistas de la época (cuenta que una fan le contó que después de ver el film, tuvo que irse a la ducha).