Miguel dejó su trabajo de electricista en Murcia y montó una fábrica de mistela con la receta secreta de su tatarabuela en Arriate (Málaga). María es bióloga y ha hecho realidad su sueño en Villafranca de Córdoba, donde cultiva setas que exporta a todo el mundo. Y Eduardo es un catalán que encontró su paraíso en Aroche (Huelva). Aquí cambió los ladrillos por el cerdo ibérico, recuperando una especie casi extinguida.