Séneca recibe la visita del Padre Prior, quien le cuenta que Fray Simplicio le ha transmitido su última inquietud con el hilillo de vida que aún le queda: no ha visto en su vida ni una mujer ni un tranvía. Y entre los dos eligen como candidata para esta obra de caridad a Doña Resurrección, la conserje del Ayuntamiento. Al terminar este encuentro, Séneca se traslada con Don José a un restaurante nuevo para almorzar, donde tienen que perfilar la agrupación en defensa de los problemas del campo.