Javier Ruibal, el invitado de “1001 Noches”, es cercano y fascinante. Dice ser del país de todas las músicas y que, sin embargo, no saldría por nada del mundo de su tierra porque la Bahía de Cádiz se lo da todo. Le da la inspiración, la fuerza, la luz y los sonidos. Los mismos que como un alquimista mezcla en una guitarra para ofrecerlos al mundo. De él ha dicho Martirio que es “antiguo y moro”. Es del Sur como el agua de ese cubo que pone la tela fresquita después de la siesta. De él ha dicho Serrat que le gusta “el brillo de sus ojos vivos, su alegría y que le gusta verlo llegar -sonriente y enseñándole al sol los piños descarados- a tomar el lugar que le corresponde sin empujar y sin pedir permiso”. Él es un artista admirado y respetado por todos y, además, por los artistas más grandes.