Joaquín Sabina y Miguel Poveda

El ubetense repasa su trayectoria personal y profesional, sin olvidar sus luces y sus sombras. Por su lado, el cantaor catalán exige mayor apoyo al flamenco sin estereotipos.

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Joaquín Sabina y Miguel Poveda

Joaquín Sabina, el primer invitado de “1001 Noches”, ama muchos tipos de “flores”. Las flores desteñidas que crecen en las unturas aceras sin que los viandantes les presten atención, las flores que un día sirvieron para adornar un ramo de novia y las flores de plástico que se cubren de polvo en los vestíbulos de los hoteles. En sus canciones, el amor se parece a esas víctimas de las estaciones que conocen la hermosura durante la breve primavera de una tarde, también él crece, deslumbra, se seca… Joaquín Petit recibe además a Miguel Poveda. Su cante recuerda a las flores secas, a los pétalos antiguos que sobreviven en las páginas de ciertos libros que un abuelo que no conocimos guardó como homenaje a un amor marchito y que siguen conservando parte de su aroma y del misterio callado que nos vio crecer en una tarde del pasado. Así es el arte de este barcelonés exigente: un puente hacia nuestros ancestros, el recordatorio de que toda voz sincera se limita a repetir el eco de los grandes maestros de ayer.