Carlos Latre y Antonio de la Torre

Ambos invitados conviven con otras personas, en realidad, personajes a los que dan vida. Por ello, reciben el aplauso mayoritario del público.

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Carlos Latre y Antonio de la Torre

A menudo cambiar de camisa es también cambiar de vida. Por unas breves horas, el disfraz nos convierte en personas distintas de aquellas que definen la corbata y el cinturón de todos los días. El primer invitado de “1001 Noches”, Carlos Latre, está acostumbrado a ser muchos individuos distintos a lo largo de la jornada: presentador de televisión, cantante con caspa, jugador de fútbol y ama de casa al borde de la desesperación. No puede pasar mucho tiempo a solas, su armario está lleno de gente a rebosar. Uno de los recursos más habituales con los que cuenta el actor para alterar su personalidad es servirse de otras ropas. El bicornio convierte a un muchacho pusilánime en un pirata y el traje de chaqueta hace ejecutiva a una sobria costurera. A parte de eso, y como sabe Antonio de la Torre, está el talento. La capacidad de apropiarse del corazón de esos personajes y hacer que lata con comodidad bajo una piel que no es la suya. Ese mérito no siempre se reconoce con los aplausos debidos, aunque él no pueda quejarse. Últimamente el estruendo de las plateas está a punto de dejarlo sordo.