Federico es un jugador y entrenador de polo, que ha vivido en diez países, al que el amor lo llevó a Las Pajanosas (Sevilla). Allí se ha convertido en un cotizado artesano del cuero. Noelia, recepcionista en un hotel rural, regresó de República Dominicana a su pueblo gaditano de Tahivilla para criar a sus hijos. Y Silvia, animada por su marido, volvió a Montemayor (Córdoba) y desde allí vende frutas y verduras por todo el país.