Capítulo 26. El Séneca y la zarza lobera

En la liebre como en la vida hay que estar a las reglas del juego.

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Capítulo 26. El Séneca y la zarza lobera

Séneca consuela a Cigüeño, su sabio galgo, al que inscribió en las carreras de liebres y que ha sido descalificado tras una vida de triunfos. A pesar de haber demostrado conocer el secreto de la zarza lobera, no ha cumplido con las reglas del juego y debe jubilarse. Nuestro protagonista se despide de Don José y marcha a ver Don Segundo (Paco de Osca), funcionario del Registro, a quien tiene que hacerle una consulta fuera del horario de oficina. El embalse descubierto en la Dehesa de Taravilla ha despertado su afición por el agua y ahora quiere trasladar su recién comprada barca de río al mar, por lo que debe resolver cuanto antes esta gestión administrativa.