El limpiabotas (José Luis Lara) se emociona al despedirse de Séneca. Es su último trabajo en casa de uno de los vecinos más sabios del pueblo. Debe jubilarse y le muestra su pena por no poder seguir dialogando con sus clientes, de los que aprende cada día. Tras la visita de Don José y Doña Mati, el limpiabotas regresa, esta vez vestido de jubilado, para pedirle que le permita conversar con él de vez en cuando.