El hijo del alcalde y la sobrina de Amelia quieren casarse en la parroquia. Paulino, superado por el trabajo, le pide a D. Primitivo que se ocupe de darles un cursillo acelerado. Salvador está dispuesto a todo con tal de que no se oficie una ceremonia religiosa y le ofrece un piso a la pareja a condición de que no se casen por la Iglesia.